Las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) son un tema candente en estos días. Los bancos centrales de todo el mundo están trabajando en el desarrollo e implementación de estas monedas digitales. Las promueven con promesas como procesos de pago más eficientes e inclusión financiera. Pero detrás de estos nobles objetivos se esconden enormes riesgos para la libertad y privacidad de las personas. Este artículo destaca los grandes peligros que plantean las CBDC y por qué debemos resistirnos como ciudadanos.
¿Qué son las CBDC?
Las CBDC (Monedas Digitales de los Bancos Centrales) son monedas digitales emitidas directamente por los bancos centrales, destinadas ya sea para mayoristas o minoristas. Las CBDC mayoristas están principalmente diseñadas para bancos e instituciones financieras, mientras que las CBDC minoristas afectan a toda la población. Pueden existir en forma de monedas basadas en cuentas o como tokens digitales.
Sin embargo, a diferencia de las criptomonedas descentralizadas como Bitcoin o Infinity Economics, las CBDC están completamente en contradicción con la idea de descentralización. Están completamente bajo el control de los bancos centrales emisores y, por lo tanto, representan un poderoso instrumento de vigilancia y manipulación de la población.
¿Por qué son tan peligrosas las CBDC?
Existen varias razones por las cuales la introducción de las CBDC representa enormes peligros para la libertad y privacidad de las personas. Los mayores riesgos son:
1. Vigilancia total y pérdida de privacidad financiera
Uno de los mayores peligros de las CBDC es que hacen que cada transacción financiera sea rastreable. Con las transacciones en efectivo, es imposible saber quién recibe dinero de quién. Con una moneda digital del banco central, este anonimato desaparece. Cada transacción es monitoreada, y está claro quién compró o pagó qué y cuándo. Esto permite una vigilancia integral de toda la población.
En un futuro distópico, tales datos podrían ser utilizados para juzgar a las personas según su comportamiento de consumo. El puntaje de crédito social de China es un ejemplo impactante de cómo las tecnologías de vigilancia pueden usarse para controlar y manipular a la población.
2. Programabilidad de la moneda y restricción de su uso
Las CBDC son programables. Esto significa que los gobiernos o bancos centrales pueden dictar para qué se puede usar el dinero digital y para qué no. Por ejemplo, podrían impedir que se compren ciertos productos o servicios. Incluso podrían imponer fechas de vencimiento a los saldos para garantizar que el dinero se gaste dentro de un período determinado.
Es particularmente problemático que los gobiernos puedan utilizar este control para excluir a las personas políticamente indeseables del sistema financiero. Aquellos que critiquen las políticas del gobierno o no cumplan con la voluntad de los poderosos podrían rápidamente verse económicamente desfavorecidos o completamente excluidos de la vida pública.
3. Obligación de introducir identificaciones digitales
Para utilizar las CBDC en el comercio minorista, será prácticamente necesario que cada ciudadano tenga una identificación digital. Esta identidad digital estará directamente vinculada a la cuenta de CBDC, lo que significa que cada transacción financiera también implicará una verificación de identidad personal. Esto creará una red de vigilancia integral que rastrea a cada persona y sus transacciones financieras.
El concepto de identificación digital combinado con las CBDC inevitablemente lleva a un vasto sistema de vigilancia centralizado que restringe severamente la libertad de los ciudadanos.
4. Control centralizado del sistema financiero
Dado que las CBDC son emitidas directamente por los bancos centrales, el poder financiero se centraliza en el estado y su banco central. Esto presenta un peligro enorme, ya que tal centralización del poder financiero incrementa el control sobre las vidas de las personas. Esto contraviene los principios de descentralización, como lo representan tecnologías blockchain como Infinity Economics o Bitcoin.
La introducción de las CBDC representa en este sentido un gran retroceso. Mientras que las criptomonedas descentralizadas buscan distribuir el poder financiero entre los individuos, creando así más libertad y autonomía, las CBDC logran exactamente lo contrario.
Esfuerzos globales para la introducción de las CBDC
El plan para la introducción de las CBDC está siendo coordinado a nivel mundial. A la cabeza de esta agenda están instituciones poderosas como el Banco de Pagos Internacionales (BPI) y el Atlantic Council. Estas instituciones trabajan estrechamente con los bancos centrales para impulsar las CBDC a nivel global.
Según una encuesta del BPI, el 94% de los bancos centrales líderes en el mundo están explorando la introducción de CBDC, y 69 países ya están en una etapa avanzada de desarrollo. Casi todas las principales economías, desde EE.UU. y la zona euro hasta China y Rusia, están trabajando activamente en las CBDC. Incluso en países más pequeños como Suiza, Suecia, Singapur o Brasil, el desarrollo está avanzando.
Se espera que para 2030, casi todos los bancos centrales del mundo hayan introducido las CBDC. Esta implementación global no solo significa la centralización del poder dentro de cada país, sino también una creciente colaboración transfronteriza entre los bancos centrales. Las CBDC estarán vinculadas en una red global en el futuro, lo que permitirá la vigilancia y el control más allá de las fronteras nacionales.
Resistencia contra las CBDC
A pesar de los esfuerzos masivos para introducir las CBDC, en algunos países está surgiendo resistencia. En particular, en los EE.UU. hay voces que se pronuncian en contra de la introducción de un dólar digital. En mayo de 2024, la Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó una ley que prohíbe al Departamento del Tesoro introducir un dólar digital sin la aprobación explícita del Congreso. Este "Acta Anti-Vigilancia del Estado de las CBDC" fue principalmente apoyado por políticos republicanos y tiene como objetivo proteger la privacidad financiera de los ciudadanos.
En otros países, como Alemania o el Reino Unido, existen preocupaciones sobre si la introducción de las CBDC es compatible con los valores de una sociedad libre y democrática. Las discusiones públicas sobre los peligros de las CBDC están aumentando, pero muchas personas aún no son conscientes de la magnitud de este desarrollo.
Alternativas a las CBDC: Tecnologías Blockchain Descentralizadas
A diferencia de las CBDC, las criptomonedas descentralizadas como Infinity Economics o Bitcoin ofrecen una verdadera alternativa. Estas monedas no están controladas por gobiernos o bancos centrales y brindan a los usuarios más libertad e independencia. La estructura descentralizada impide que una autoridad central controle el sistema financiero.
Las blockchains descentralizadas permiten a los usuarios controlar sus propias transacciones financieras sin renunciar a su privacidad. Son el antídoto contra las CBDC, que se enfocan en la centralización, la vigilancia y el control.
Infinity Economics, una de las plataformas blockchain más prometedoras, no solo ofrece una moneda descentralizada, sino también una plataforma completa para contratos inteligentes y otras aplicaciones. A diferencia de las CBDC, aquí la libertad, la transparencia y la descentralización son primordiales.
Conclusión: Las CBDC amenazan nuestra libertad
La introducción de las CBDC puede parecer un avance tecnológico a primera vista, pero al examinarla más de cerca, se hacen evidentes los grandes peligros que estas monedas digitales conllevan. Desde la vigilancia total hasta el control programable y la centralización del poder en los bancos centrales, las CBDC representan una seria amenaza para la libertad y privacidad de las personas.
Nos corresponde a nosotros como ciudadanos mantenernos vigilantes y resistir la introducción de las CBDC. Las tecnologías blockchain descentralizadas ofrecen una verdadera alternativa y nos permiten recuperar el control sobre nuestro sistema financiero. Es hora de defender la libertad, la descentralización y la autodeterminación, antes de que sea demasiado tarde.