El Pacto de la ONU para Abolir el Dinero en Efectivo: Una Pesadilla Distópica en el Escenario Global
A veces uno se pregunta si lo que sucede tras bambalinas en la política internacional está inspirado por una mala novela de ciencia ficción. Pero la realidad supera a la ficción en su horror. El último «pacto» que la ONU ha forjado en su llamado «Cumbre del Futuro» tiene como objetivo destruir el último bastión de nuestra libertad: el dinero en efectivo. Sí, has oído bien. El buen y viejo dinero en efectivo, que siempre ha sido símbolo de independencia y autonomía, va a ser abolido. Y quienes firman este «pacto» podrían considerarse cómplices en un juego diabólico.
Pero no dejemos que términos atractivos como «innovación digital» o «tecnología financiera del futuro» nos engañen. Este supuesto progreso no es más que un mecanismo de control disfrazado con inteligencia. El pacto de la ONU para introducir una sociedad sin efectivo podría describirse como un «pacto con el diablo”. Un acuerdo que nos conduce a un futuro distópico donde los individuos no poseen ninguna libertad financiera, sino que se convierten en meros engranajes de una maquinaria de control bien engrasada. Bienvenidos al futuro, un futuro donde tu cuenta puede ser congelada con solo apretar un botón si no obedeces.
La Introducción Silenciosa pero Peligrosa de las CBDCs
¿Pero qué está sucediendo exactamente aquí? La respuesta está en un acrónimo discreto pero sumamente peligroso: CBDC, la llamada "Moneda Digital del Banco Central". Esta "moneda digital de los bancos centrales" se presenta como el siguiente paso hacia el futuro del mundo financiero. Agustín Carstens, director general del Banco de Pagos Internacionales (BPI), lo ha admitido abiertamente: las CBDCs otorgan a los bancos centrales "control absoluto" sobre su uso y la tecnología para imponer este control.
¿Te suena esto a libertad? Difícilmente. Por el contrario, parece un plan siniestro para elevar el poder de los bancos centrales a un nivel sin precedentes. Imagina que el dinero que tanto te ha costado ganar no sea más que un número digital en una pantalla, y que este número pueda ser monitoreado, regulado e incluso eliminado por una autoridad central si muestras "mal comportamiento". ¿Sin efectivo? Sí, pero también sin piedad. Porque quienquiera que controle esta moneda digital tendrá el poder de vigilar y dirigir tu vida hasta el más mínimo detalle.
Sin embargo, lo peor de todo no es la tecnología en sí, sino la gradual introducción de esta distopía. Por temor al rechazo, el tema se evita en el ámbito público como si fuera agua bendita. Las CBDCs y el plan para abolir el dinero en efectivo no se discuten ampliamente; simplemente se implementan, de manera silenciosa, mientras la población general se distrae con debates triviales sobre otros temas.
¿La Gente? Innecesario Preguntar
Uno de los aspectos más evidentes de este pacto con el diablo es el total desprecio por el derecho de los ciudadanos a opinar. Nadie quiere realmente preguntar al público si están de acuerdo con estos planes. ¿Quién aceptaría renunciar a su última pizca de independencia financiera? Por lo tanto, no es de extrañar que los responsables eviten el tema. ¿El derecho de los ciudadanos a opinar? Un lujo no deseado. ¿Discusión? No bienvenida. ¿Transparencia? Brilla por su ausencia.
La verdad es que el ciudadano promedio no tiene idea de lo que implicará la introducción de las CBDCs. Y ese es exactamente el plan. Solo de esta manera puede imponerse el control financiero total sobre la población, sin que haya una resistencia significativa. El tema es tan peligroso que es mejor dejarlo en silencio.
El Gran Peligro: Control Total
Entonces, ¿qué nos espera en este futuro, que a primera vista parece tan conveniente y digital? La respuesta es simple y aterradora: control total. En un mundo sin dinero en efectivo, cada transacción, cada acción financiera es rastreable. Tu privacidad ya no existe. Ya sea que compres un café, reserves un viaje o hagas una donación, todo será documentado y monitoreado. Y si te comportas de alguna manera «inapropiada», este control se usará en tu contra.
Imagina que criticas al gobierno o a una institución poderosa, y de repente tu acceso a tu propio dinero es restringido. Tu cuenta se congela, tu poder adquisitivo disminuye. Porque en un mundo sin dinero en efectivo, tu saldo digital es tu único medio de participar en la vida económica. Y ese saldo puede ser arrebatado en un segundo si pisas los pies equivocados.
Los peligros de una sociedad sin efectivo son tan obvios que uno se pregunta por qué alguien siquiera lo consideraría. Pero la respuesta es clara: control. Los poderosos de este mundo han reconocido que el control del sistema financiero es la clave definitiva para controlar a las personas. ¿Y qué mejor instrumento para esto que una moneda digital que puede ser monitoreada y controlada en cada momento?
La Ilusión de la Comodidad
Por supuesto, este futuro nos lo venden como algo positivo. No más carteras pesadas, no más pérdidas por robo, no más lavado de dinero. Todo será seguro, rápido y cómodo. Pero detrás de esta ilusión de comodidad acecha el peligro. ¿De qué sirve que ya no tengas que cargar una cartera pesada si cada decisión financiera te es arrebatada? ¿De qué sirve que tu dinero esté a salvo de los ladrones si puede serte robado en cualquier momento por una autoridad gubernamental?
Esta comodidad es una trampa, y muchas personas caerán en ella. Aceptarán la moneda digital sin darse cuenta de que están renunciando a su libertad en el proceso. Y cuando finalmente lo descubran, será demasiado tarde. Porque en un mundo sin dinero en efectivo, no hay vuelta atrás.
La Dimensión Global del Control
No es una coincidencia que este plan se esté forjando a nivel global. La abolición del dinero en efectivo no es un tema nacional. Es un proyecto global impulsado por poderosas instituciones internacionales como la ONU, el BPI y los bancos centrales. El control financiero total solo funciona si se impone en todo el mundo. Y ese es precisamente el objetivo. Un mundo en el que cada ciudadano, sin importar en qué país viva, esté sujeto a los mismos mecanismos de control.
¿Pero qué pasa si algunos países se niegan a participar en este sistema? ¿Serán aislados, sancionados, presionados económicamente? La respuesta es clara. Porque en este nuevo orden mundial, no hay lugar para los disidentes.
Conclusión: Un Oscuro Pacto con el Diablo
El pacto de la ONU para abolir el dinero en efectivo no es más que un acuerdo diabólico que nos conduce a un futuro donde la libertad es un relicto del pasado. Es un pacto que se hizo a puertas cerradas, sin que el público tuviera la menor idea de lo que se avecina. Pero si no despertamos pronto y nos oponemos a estos planes, será demasiado tarde.
Una sociedad sin dinero en efectivo puede parecer conveniente a primera vista, pero en realidad nos espera un mundo de vigilancia y control total. Y si firmamos este pacto, pagaremos un alto precio: nuestra libertad.